camarón1

Pornostalgia

Pornostalgia
Manuela Márquez
2010


Y ahí nos perdimos. Trándonos el uno al otro.
Levantaste nazmente mi falda llena de seo, mientras yo me acercaba beando tus labios,
escuchando tus palabras esinas, que otra vez, rodeaban dono.
Viendo tus verdades nudándose frente a mí, intententé nerte con mis manos tálgicas
y mi cabeza liéndose hasta el infinito.
La carne gativa, sudando lores antiguos. Nuestros cuerpos icionados, tu aliento, cando mi boca,
la puerta abierta; un escape ligroso y posible, una oportunidad mitida de ser descubiertos.
Mis ideas se transformaban en redados pensamientos que me hacían quedarme, ciéndome sobre ti
y permitiendote volver, dadero y falso como siempre.
El roce loso de mi piel con la tuya, reafirmaba el temor gásmico
que me producía tenerte tan cerca, lentántome el cuello.
Reviviendo lo que quedaba de aquel amor, disqueado ya por el tiempo.
Sentía tus dedos pasar por mis piernas, queadas por momentos,
tu cuerpo deroso, y tu respiración, cerca de mi oreja, deante y acelerada.
Nuestras formas ticaban los recuerdos, inclementes tigos de nuestra gedia,
que una vez fue tan real y zada como ésta tarde lictiva. Ésta tarde voradora.
Ya no había vuelta a atrás. Nocharnos en este sentimiento
que ya se convertía en fermedad era inevitable,
ya estaba la cama drugada, la ropa teada y, una vez más,
éste cuarto nificado por completo, conteniéndonos.
Bajo aquella marada sábana, por una única vez, permitimos aquel encuentro, piezo y necesario,
aunque ambos éramos conscientes de que ese amor, tificó nuestras vidas una vez,
y jamás volvería a hacerlo.